Red de Estética de la Conectividad

 

La creación artística es una especie de exteriorización de los afectos como voluntad de poder. En Nietzsche, (2004) la idea de la vida como proceso estético está ligada a la idea del arte que lo posibilita y estimula.

El proceso estético es un proceso redentor, transformador donde se presenta la capacidad de convertir dolor en placer. En cambio, la vida es una construcción y destrucción constante, un devenir permanente. Mientras que en el proceso de creación no se distingue al autor de la obra, no hay creador, lo que se presenta son conexiones transformadas de las fuerzas del modo inconsciente, la visión fundamental de Nietzsche es la vida, en tanto que actividad artística, con capacidad de metamorfosis y de simbolización. El arte genera cambios, transformaciones internas y externas, el arte es representación.

 

Por otra parte, sólo el arte puede transformar en apariencias el dolor que es vivir, el arte es el que produce estas apariencias, estos engaños y ficciones que permiten el vivir. La voluntad de poder es capacidad de mentira, de ilusión, de poder artístico que engendra la ficción, el poder de metamorfosis. Es el arte el gran seductor de la vida, y la estética su estimulante.

 

El acto de creación es un proceso orgánico que se nutre de la fuerza artística, fuerza que es Poetizadora. El poder artístico es transformador, es amor que se imbrica en el objeto, en la cosa, que le otorga sensualidad, por el sentido en que el artista ve las cosas con fuerza, así mismo el hombre ve a la mujer con una mirada plena y sensual. Un estado estético es un estado excitante, donde las fuerzas sensoriales y sexuales provocan al cerebro una reacción. El proceso de creación es el proceso de producción de imágenes gracias a la excitación y al juego con esas imágenes. De esta forma, la relación estética es una forma de conectarse con el mundo, una forma de participar en él y comprenderlo desde una perspectiva donde las cosas están conectadas con otras y con las personas.

 

De este modo, en el acto de creación se presentan constantemente instantes estéticos, como plantea Schaeffer, (2005) la génesis del comportamiento estético surge en la activación de la curiosidad endógena, donde su especificidad funcional es dada por la satisfacción conectada por la actividad atencional.

La obra de arte como tal está separada de la problemática estética, así que estas obras buscan provocar una intención estética y activar una recepción emanada de una experiencia placentera. Para Schaeffer & Díaz (2010) sólo los juicios morales pueden constreñir nuestras acciones, mientras que los valores estéticos tratan dimensiones atencionales sin llevar a una pragmática, es decir, sin una acción concreta. En este sentido, no es correcto determinar que los comportamientos estéticos, (ej: emoción, gusto) ejercen función alguna sobre comportamientos del espectador, en este caso interactor, al actuar frente a sus percepciones presentadas en el marco de sus aspectos cognitivos.

En este sentido, las prácticas artísticas que permiten estas experimentaciones que involucran la poética y la estética, hacen que sea ese espacio enmarcado en  nuevas posibilidades de producción con el uso de redes, de tecnologías de conectividad. Los que reconfiguran, como lo plantea Brea (2010) la esfera pública, transformando el uso de los dispositivos de distribución social.

Para estudiar esos cambios o transformaciones, es necesario hacerlo desde la misma génesis de los artistas y diseñadores, es decir; es imprescindible observar con una intención no disimulada pero participante, donde la interacción con los otros permita encontrar las maneras en que se trabajan y elaboran los procesos proyectuales y artísticos. Es decir, la forma de estudiar estas transformaciones sociales es participando de las mismas, lo que nos permite ejecutar nuevos procesos con la posibilidad de su registro y total observación (Bourriaud, 2008).

Bienaventurado aquel a quien las musas aman, Hesíodo. Estrada

 

Estética y redes globales

 

No importa el nivel social, cuando se tiene acceso a la conectividad  se puede pertenecer a un grupo determinado de personas que siguen un mismo interés y que gracias a la red puede ser compartido e incentivado. Es así que se tiene  Fan page en un  grupo investigativo, un usuario en Twitter para conversar sobre temas investigativos, un tablero en Pinterest para ver qué diseña en ese entorno,  cuenta en Linkedin para reforzar la lógica investigativa, cuenta en Instagram para compartir videos y fotos de encuentros investigativos, así mismo un canal de Youtube para subir videos o transmisión streaming como se hace en Facebook o en Periscope.

Cada día las generaciones se conectan con otros, desde diferentes contextos a través de diversos canales, eso hace parte de la conectividad. Prima la  presencia en diferentes espacios digitales, todos conectados desde aspectos culturales hasta profesionales, son vinculados a otros y a los contenidos que se comparten  en redes, es una vida conectada.

La relaciones estéticas establecen conexiones entre los procesos del lenguaje y del conocimiento (Nietzsche, 2001). Además como menciona Amorales, (2017) “ La cuestión es utilizar el mismo lenguaje y configurarlo de manera diferente cada vez” (P.37). Así, para que haya arte se necesita un comportamiento estético, además de un estado fisiológico, un estado de embriaguez, que es una amplificación de afectos. Entonces el comportamiento y estado estético se presenta cuando hay un estado de plenitud y de fuerza.

El oficio del artista es excitar la sensualidad, aunque no es necesario, como lo plantea Nietzsche, separar la perspectiva del espectador y la del creador para que la excitabilidad de los sentidos se dé, estando presente en estas perspectivas sin separarlas en parte por la conectividad con redes de personas y redes informáticas.

De los estados estéticos es de donde surge el arte, en ese estado se da la agudeza de los sentidos y además permite una agudeza de comprensión, de entendimiento de los Símbolos. En ese sentido, hay un placer que es mayor a todos los placeres, es el placer de mirar, que consiste en tratar de comprender el símbolo, que son imágenes del arte, estos deben ser comprensibles para todos. El artista es un ser eterno, conectado al mundo y en su embriaguez devienen imágenes que se transforman y reconstruyen constantemente.

La actividad estética de la vida es en parte (si la tiene) la función del arte, la justificación estética de la existencia.

Los límites del uso de los medios sociales los debe tener cada persona.

Por otro lado, el trabajo en red permite una reducción de impulsos egoístas y amplifica el llegar a acuerdos, le plantea a la gente que se resocialice, porque en circunstancias sociales modera su comportamiento (Jenkins, 2008).

No existe hasta ahora un estilo global o local de colaboración, lo que sí se presenta son espacios diseñados para potenciar la colaboración en red y cada uno de ellos plantea sus propios mecanismos de desarrollo (Jenkins, Itō, & boyd, 2015).

 

El trabajo en red se presenta en todo momento de la vida diaria del individuo contemporáneo, su trabajo necesita de la red, sus acercamientos, el contacto con su familia y con otras personas está mediado por la red, la cual moldea bajo los ecosistemas existentes como lo son las redes sociales digitales, las actitudes y creencias, afectando su comportamiento, esto se evidencia en sus relaciones en familia, en el trabajo en espacios de aprendizaje, donde el individuo conecta por ejemplo sus emociones análogas con las observadas en red. Las creencias afectan el comportamiento humano. Esta conexión permanente en red necesita un modelo de observación profundo, que permita entender hábitos y rasgos de comunidades, como lo presenciamos con Facebook, la cual es para Shirky, (2010) “Una extensión del mundo social existente” (P.164).

 

Queremos estar conectados.

 

El ser humano es un ser social que tiene latente la necesidad de estar conectado con otras personas y de vincularse con otros bajo intereses o perspectivas comunes. Esta conexión se da, como ya se ha planteado anteriormente por medio de la participación, que también es movilización, donde gracias a la conectividad se diseña, produce y comparte. De este modo, es necesario incluir a los aficionados como productores, para poder afectar la discusión pública con el fin de potenciar la tecnología como elemento de ampliación del conocimiento global.

Hoy se ven  gran cantidad de contenidos en su mayoría gratuitos que son producidos para ser compartidos, es decir, se crea y diseña  para compartir. Eso es Internet, un producto de acuerdos entre nodos para compartir datos. De acuerdo a lo anterior, se deben establecer mecanismos como la Estética de la Conectividad para permitir a los más necesitados el uso de herramientas digitales que generen nuevas posibilidades. Así, la Estética de la Conectividad plantea un espacio para explicar los comportamientos que se presentan en los individuos al trabajar de manera colaborativa en red.

 

Al participar en red de manera digital o virtual por ejemplo en el ciberespacio, o de manera análoga pero conectado por medio de una interface o una App y ver el resultado de su aporte, los individuos que participan presentan un sentimiento de satisfacción al ver su contribución. Así mismo, Diodato, (2001) considera al ciberespacio como un ambiente sensorial-cognitivo que no es táctil pero que gracias a las pantallas interactivas permite serlo, así la visión se conecta con el tacto siendo la nueva metáfora del mundo. Visión con el tacto también llamada por Serres, (2012) como generación Pulgarcita.

Nuestro epitelio conectivo ha cambiado.

Todo está conectado. Las personas, las plataformas, todo está en conexión arrojando datos, grandes datos, que permiten revisar y analizar diversos procesos como por ejemplo los de creación. Desde hace 16 años el mundo ha presentado una gran revolución en diferentes aspectos, con el surgimiento de los medios conectados (media) la sensibilidad cultural ha sido trastocada, los procesos de creación y la creatividad han sido invadidos por los nuevos estándares impuestos en la era conectada.

 

Es así que el centro de la vida cotidiana de los habitantes del mundo es estar en conectividad. El individuo tiene presente esa necesidad de estar conectado, la cual ha sido impuesta por la sociedad. No puede vivir sin Facebook, sin las agencias de noticias y la conversación global que se suscita en Twitter, así también los creadores comparten sus creaciones en YouTube y Vimeo, como los grandes canales de televisión global, y donde Flickr y Facebook son los timones de la navegación global de la imagen contemporánea. Snapchat presenta contenidos efímeros de 5 segundos en formato audiovisual, Instagram es la gran ventana de la imagen mundial, Vine, y otros. Prestan sus líneas de tiempo para compartir experiencias de otros en formato audiovisual, es decir, los media son la plataforma de comunicación global que ejercen constantemente patrones de conducta en la sociedad hiperconectada. Ahora bien, el uso de internet tiene implicaciones tanto negativas como positivas, pero todas ellas construyen el imaginario globlal de la sociedad contemporánea.

 

Así, la Estética de la Conectividad, como modelo, permite un análisis para esclarecer la hegemonía que poseen las plataformas digitales y su poder de trasformación cultural y social, permitiendo comprender el impacto cultural, estético y tecnológico de los medios conectivos en la Contemporaneidad.

 

La EC  se convierte en un elemento orgánico, una especie de instrumento, una óptica analítica de diversas capas que nos permite desde la mirada de lo sensible, a través de su fenomenología, ver lo que plantean y desarrollan los medios conectivos. Algunos autores han iniciado este trabajo de análisis desde lo sensible, pero ninguno ha planteado a la EC como modelo de análisis que trace una teoría de cara a este fenómeno de la Contemporaneidad.

 

Cuando se habla de plataforma,  es sin duda ese ecosistema que alberga conceptos computacionales y de arquitectura informática en un sentido performativo de su infraestructura cultural, social y artística. La plataforma es un ecosistema mediador, una especie de intermediario entre las propuestas planteadas por los individuos y las planteadas por las organizaciones.

 

De esta manera, la Estética de la Conectividad presenta grandes posibilidades de mostrar en las plataformas, ellas son el motor de movilización social y cultural; construyen y destruyen a su antojo lo social, lo humano, donde lo público y privado deja de ser una frontera para convertirse en el espacio de colaboración de sus interactores que la nutren y se nutren de ella. En este sentido es que se puede comprender mejor a la hipersociedad, desde la mirada de la Estética de la Conectividad. La cultura de la conectividad es la que hace parte de la avanzada del social media (Dijck, 2013).

 

Hoy día hay presencia en diferentes espacios digitales, todos conectados, desde dimensiones culturales hasta profesionales son vinculados a otros y a los contenidos que son compartidos  en redes. Es una vida conectada que se basa en el uso de plataformas, las cuales influencian las interacciones humanas en diferentes niveles, tanto individual como grupal, impulsando las conexiones.

Fue gracias a las web 2.0, es decir, la web social, que se permitió abrir ese espacio de lo social como elemento orgánico que alimenta el trabajo de los Millenniums y de los que se conectan con estas líneas interactivas, que brindan posibilidades de democratización de accesos culturales potenciando la construcción de comunidades.

 

Las plataformas de conexión son sociables, invitan a trabajar de manera colaborativa. La influencia de plataformas de conexión social es total y unificada, esas plataformas usan esta conexión digital entre personas como un potencial monetizado, lo que les permite estar interconectados generando entre otras el diseño de nuevas estructuras o ecosistemas emergentes e innovadores, un ecosistema de conectividad de la social media donde intervenimos diversos actores con múltiples roles (espectador, interactor, autor).

 

Organización

La Red EC, está a cargo del Grupo  SMO, comunicación, arte, estética y convergencia cultural, del Politécnico Jaime Isaza. Cuenta con su sitio web: red.cinemapoetico.net donde se comunica sus exploraciones y actividades. Cuenta con el apoyo del Semillero Social Tv y Video experimental, con el Laboratorio de Creación Cinema Poético.

La Red cuenta con diversos investigadores y organizaciones que vienen reflexionando sobre el tema de la Estética de la Conectividad y sus derivados.

Objetivos

1.   Objetivos

Promulgar el desarrollo de espacios de cooperación, diálogo y reflexión académico y creativo que permitan realizar propuestas en diferentes campos del saber.

 

Específicos:

  • Implementar espacios de diálogos entre los diferentes miembros de la Red.

 

  • Impulsar el desarrollo de eventos de carácter científico, artístico, y académico.

 

  • Propiciar encuentros académicos y de creación con diferentes instituciones y organizaciones.

Red de Estética de la Conectividad

RED

 

El mundo es arte.

 

La acción de la naturaleza es de carácter artístico en Nietzsche, (2001) “La acción del hombre es una imitación”(P.9) dice que la voluntad busca la intuición, la imagen la forma, porque no lo son, son caos, pero por otra parte la apariencia es la forma, es la luz, es lo placentero, lo bello, a esta conexión Nietzsche le denomina proceso de creación. Producto de esa actividad estética, de esa voluntad de representación.

 

Nietzsche menciona que el mundo es voluntad y fenómeno, conectados ambos por la estética, la voluntad es realidad presentada en imágenes, es decir, actividad estética; y en su búsqueda de representación surge la obra de arte. La actividad del mundo es en sí misma un fenómeno estético, así que solo en esa línea estética puede ser justificada, por lo tanto, una de las maneras de entender el mundo de forma sensible es a través de la mirada artística y estética.

En ese sentido, este proceso de presentación de imágenes y su relación es a lo que Nietzsche denomina creación, donde se imbrican el dolor, el placer, la verdad y la ficción.